El despido disciplinario es el tipo de despido más habitual puesto que su causa es de corte subjetivo. Consiste en la decisión tomada por parte del empresario del cese de la relación laboral con uno o varios empleados, que han incurrido en incumplimientos graves y culpables.
El despido disciplinario es motivado por una ardua conducta por parte del empleado que no ha cumplido con sus obligaciones en el trabajo.
En el caso de que por parte del trabajador fuese admitida su reclamación, el empleado puede volver a ser readmitido en la empresa o bien cobrar una indemnización por despido.
En el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores quedan recogidos lo motivos en que puede basarse un despido disciplinario:
La comunicación del despido disciplinario puede realizarse por diferentes medios:
El despido disciplinario debe de ser notificado por escrito:
Todo despido disciplinario y causas que se alegan para llevarlo a cabo deben de estar debidamente justificadas por la empresa.
Es de vital importancia establecer si se trata de un despido procedente, improcedente o nulo ya que cada uno lleva consigo consecuencias diferentes.
¿Después de un despido disciplinario, puede el trabajador cobrar el paro?
Salvo que el despido sea calificado como nulo o improcedente o la empresa opte por readmitir al empleado, el trabajador despedido queda en situación legal de despido pudiendo acceder al paro, a cobrar la prestación correspondiente por desempleo si cumple los requisitos de cotización.
Cuando se declara despido improcedente el empleado está en su derecho al cobro de una indemnización correspondiente a 33 días de salario por año trabajado con un tope de 2 años.
Si la antigüedad del trabajador es anterior al 12 de febrero de 2012, la indemnización corresponde a 45 días por año trabajado desde que empezó a trabajar hasta la fecha.
En el caso de no llegar a un acuerdo de conciliación, el trabajador cuenta con un plazo de caducidad de 20 días hábiles para impugnar un despido disciplinario debiendo de presentar:
El despido disciplinario es una de las maneras más frecuentes de extinción unilateral de la relación laboral, de ahí la importancia de contactar con nuestro Despacho de Abogados Laboristas Alicante, en donde hallará toda la información y asesoramiento que precise de inmediato.